ISSN: 2665-3974 (en línea)
Lua revista 5, enero-junio 2021
Por Diana Rivera Pinilla – [email protected]
Myriam J. A. Chancy (2020). Loas. Bogotá: Lasirén Editora.
“Sigue a tu corazón, incluso si lo que parece decirte no tiene sentido. Le cour, cèst tout ! ¡El corazón… lo es todo!”
“La música es lo único que enlaza todas mis geografías (…) La música es mi única compañera verdadera.”
Chancy, Loas
No hay nada mejor para una lectora amante de la literatura del Caribe, que encontrar la traducción a su lengua materna de alguna joya literaria. Ese es mi caso con Loas (Colombia, Lasirén Editora, 533 p.), novela de la escritora haitiana Myriam J.A Chancy, la cual ha sido traducida del Kreol / inglés al español, para el disfrute de los hispanohablantes que desean acercarse al místico territorio de Haití.
Esta novela es una pieza musical compuesta de tres partes: “Ángeles caídos”, “Estrategias de supervivencia” e “Ilusiones”. En estas tres partes se desarrollan los relatos de cinco protagonistas relevantes: Ruth, Catherine, Romulus, Rose y Elsie. Ellos intercambian la voz narrativa de manera constante para navegar por el pasado y el futuro, contenidos en el presente, de una peculiar familia burguesa de Haití. Elsie, quien en 1847 llega a la pequeña isla del caribe desde Irlanda, al igual que muchos afrodescendientes procedentes de otras latitudes como Siria, son quienes dan origen a esta gran familia. A partir de allí y hasta el 2004 los descendientes de estos inmigrantes, persuadidos por descubrirse así mismos, y con ello a sus propios Loas, relatan sus memorias personales y construyen un mapa histórico familiar, donde dan respuesta a sus interrogantes.
Como comento, las peculiaridades de esta estirpe son infinitas, una de ellas es la conexión entre sus integrantes la cual rebosa el ADN, el tiempo, el espacio, la vida y la muerte. Este es el caso, entre otros, de Elsie y Romulus cuya relación trasciende el tiempo y el espacio. En particular, estos vínculos se construyen en la casa familiar y sus grandes jardines, espacio simbólico que la autora utiliza, tanto en Haití como en Irlanda, para enlazar las diversas historias de los personajes. Allí se siente el olor a familiaridad, a protección, a la esperanza que brinda la naturaleza, pero también a los finales de la vida y con ello al recuerdo y a la muerte. Dentro de esta familia la interacción de personajes femeninos y masculinos es dinamizante, por ello el género es relevante en la novela. Las mujeres, protagonistas principales, construyen su feminidad a partir de la independencia y la lucha, en un lugar donde las relaciones de género se yerguen sobre el patriarcado. Este empoderamiento viene con el peso de la soledad, pero con la satisfacción de sentirse dueñas de sí mismas. Por su parte, la masculinidad representada cuenta con prototipos que prolongan la heteronormatividad. Sin embargo, tienen mayor consideración quienes deconstruyen el patriarcado, incluso al final de su recorrido. Es el caso del padre de Ruth, de Romulus o del irlandés Tim.
El lector encontrará que todos los asuntos presentes en la novela se sumergen entre la realidad y lo fantástico. Loas es una excusa para hablar, a partir de una posición burguesa, de la desesperanza de vivir en la Haití de antes y después de Duvalier, pero también para discutir sobre la cultura caribe, la negritud, el género, los migrantes de las Antillas, sobre la religión, la desigualdad social y la violencia. Y aunque la migración a Francia, Canadá o Estados Unidos es la salida ante los desastres inhumanos que se desatan allí, la resistencia ante estas circunstancias por parte de los personajes es predominante: la posición enfática y crítica de Catherine contra el sistema político y la militancia secreta de Ruth en la oposición, son ejemplo de ello.
De otra parte, la espiritualidad envuelve la historia en la fantasía y la ficción. Los sueños y las visiones son el canal de comunicación entre los personajes y las representaciones de los Loas. Allí, se hace visible la influencia que tiene el Vodou en la cultura caribeña, cuando el relato se sumerge en una realidad donde algunos hechos están más allá de la comprensión humana. De esta manera, el lector encuentra personajes, sobre todo femeninos, en quienes recae una gama de dones capaces de abrir y atravesar puertas espirituales, que los lleva a escuchar y encontrar el llamado de las métres dlo: las dueñas del agua. Por ejemplo, el don de Rose de darle voz a los muertos de la dictadura cuando es capaz de escucharlos. A través de estos dones los personajes se ponen al servicio de los demás lo cual hace enfático el homenaje de Chancy a esos seres de amor que se dedican a sentir el dolor ajeno, hacerlo suyo y velar porque este loco mundo sea mejor.
Loas es una novela compuesta de maravillosas alegorías a la naturaleza, en medio de una constante tensión por el desequilibrio del destino de los personajes, a falta de amor universal. Bajo estas circunstancias se construye la convicción de que “no es ni siquiera cuestión de si se cree o no en el destino. Todo está escrito en las estrellas” (p.29). Por ello todo tiene un lugar en el orden de las cosas. Sin embargo, la lectura propone siempre una alternativa para ser libre, aún cuando parece que no se puede trazar un nuevo rumbo. Esta característica es fundamental, ya que encontramos un trabajo literario que busca, a través de las vivencias de los personajes, comprender el orden universal a partir del amor, la solidaridad, la esperanza, la armonía y la sanación. Para el lector esta lectura termina siendo una búsqueda espiritual para comprender la existencia humana, o su razón de ser.
Por último, cabe señalar el papel que cumple el uso del lenguaje Kreol en el relato. A través de expresiones tradicionales, el kreol hace más inteligible la comunicación entre los personajes cuando otras lenguas no logran expresar los sentimientos más profundos. Sin duda, al compartir una muestra de la grandeza literaria del caribe que se escribe en torno a los territorios de las Antillas, no hay que perderse este trabajo de traducción que se brinda al lector hispanohablante.
En Lasirén Editora se describe a Myriam J. A. Chancy como una prolífica ensayista y narradora, nacida en Puerto Príncipe. Creció entre Haití y Canadá, para luego mudarse a Estados Unidos. Allí ha sido docente en diversas universidades y ha ocupado destacados cargos en el ámbito académico. Su libro de ensayos Framing Silence: Revolutionary Novels by Haitian Women (1997), fue sumamente importante como apertura del campo de estudios de mujeres haitianas. Su más reciente obra es Autochthonomies: Transnationalism, Testimony and Transmission in the African Diaspora (2020). Su novela Spirit of Haiti (2003) fue finalista del premio Commonwealth Writers en el 2004; The Scorpion´s Claw (2005) es parte de las listas de lectura en las escuelas de Guyana, y su tercera novela (The Loneliness of Angels, 2010) recibió el Guyana Prize in Literature (Caribbean Literature) y ha sido traducida al español y al danés.