ISSN: 2665-3974 (en línea)
Lua revista 7 y 8,enero-junio/ julio-diciembre 2022
Daniel vega tavares – [email protected]
HECHOS: El otro día permití que un peculiar ensífero (naranja cobrizo, con una raya negra atravesando su cuerpo entre dos manchas de plateado languideciente) caminara libremente por mi brazo. Un incendio había hecho migrar a un montón como él y me pareció de mala educación eliminarlo. Me mordió en la muñeca el muy maldito, pero guardé la calma y lo dejé saltar al otro lado de la calle, donde no había llegado el fuego.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: ¿Debería preocuparme porque este repentino exceso de herbívoros agote la alacena del lado sobreviviente? Sin duda, aunque eso precisaría una observación numerológica que corresponde contar al departamento de ábacos, a la izquierda de la morgue. No lo apunto porque sean demasiados migrantes, sino porque de este lado el matorral ya andaba medio muerto incluso antes del fuego.
DISCUSIÓN: La cuestión no es entonces, si serán la llama que consuma lo que queda, sino si son una segunda oportunidad para el lado inmune de la vida, o bien, si son la plaga que castiga el descuido que quemó al sur. Los fiscales de la criminal supervivencia de los otros. No. Creo que solo son lo que son. Saltan porque tienen fuertes y largas patas, patas para salir volando.
Del otro lado, unos pocos residentes solo son lo que son, y la comida no es culpa de nadie, porque no le preguntan a su comida si es su gato o su comida o si es virtuosa o peligrosa y tienen que dar saltos de fe cuántica a la hora de la cena. Luego de eso mueren, claro, de no preguntar. A propósito, el Estado ha mandado a colocar antiestéticas señales a los alimentos, para que la culpa consuma al consumidor y se compense la asimétrica relación entre ambos grupos (quienes son la comidilla y quienes están obesos).
CONCLUSIÓN: En cuanto a los incendios, hay accidentales y dolosos. Tienen en común que todo lo consumen si no se les detiene. También hay detenciones arbitrarias y hay que cuidarse de tal especie por la fuerte parálisis que provoca. En todo caso, este servidor sugiere que, si hemos de echar a la hoguera a quien resulte responsable, más seguramente deberá ser al fuego (claro, si no se ha quemado en el incidente).