ISSN: 2665-3974 (en línea)
Luarevista 3 y 4 , julio- diciembre 2019/enero- junio 2020
Por Sheyla Valera – [email protected]
I. Limbo
Inquebrantable silencio.
La naturaleza no produce
su usual murmullo.
La brisa, fantasma que acaricia.
Nada existe, no hay bestias
a la espera de su infortunada presa,
ni un dios de perpetua vigilia.
Ahora, hasta el celeste sempiterno
guardó su equipaje,
mientras que el incontable,
el tiempo, fiel enemigo del hombre,
ante sus ojos se detiene
disfrazado de nueva vida,
y bajo su sombra realza una
esbelta esperanza, inerte,
adornada tan solo de gusanos
y de ajena melancolía.
II. Ruptura
Oh lamentaciones,
cantos tristes de un
corazón empobrecido
en el eco de sus latidos
resuenan las letras de su nombre.
Flor de pétalos caídos,
bajo un cielo enternecido
humedeces tus raíces
con la fuente de sus ojos.
Por voluntad quiere detener
los suspiros
pero es el adiós un ruido quejumbroso
y es el amor la miseria
y el olvido…
contenedor fortuito de la muerte
y el despojo.
III. El escape
Desaparecieron los colores
y las líneas del tiempo.
Los huesos se hacen polvo,
se quedan en el aire los recuerdos.
En las noches complacientes,
los cuerpos fatigados
se fragmentan como espejos
caídos de lo alto.
Se mantiene el sinsabor
de haber vivido sin destino,
¿Qué sería diferente si en lugar
de perder ante el diablo, se le hubiera
vencido?
Ave enjaulada entre barreras de humo,
olvidó cómo volar… y la tierra se detuvo.