Segunda parte entrevista con Weildler Guerra Curvelo

Segunda parte entrevista con Weildler Guerra Curvelo

ISSN: 2665-3974 (en línea)

Lua revista 6, julio-diciembre 2021

Ana Melisa Zabaleta –[email protected] y William Leal Pushaina – [email protected]

Recorrido editorial de Los dolores de una raza y algunos acercamientos críticos alrededor de la novela

En el primer fragmento de la entrevista publicado en el 5to número de Lua Revista-e Cultural, se habló sobre Antonio Joaquín López Epieyuu, su cercanía filial con Weildler Guerra Curvelo y algunos datos sobre la biografía del autor y anécdotas de su vida. Esta segunda parte corresponde al final de la entrevista, donde se tiene un diálogo más cercano a lo que representa la novela Los dolores de una raza para el acervo literario wayuu y se revisan algunas de las propuestas críticas alrededor de la misma. 

Las obras reconocidas de Antonio Joaquín López son 3: Memorial de agravios, Calvario guajiro y Los dolores de una raza. En cada una de ellas el escritor denunció tempranamente muchos de los atropellos hacía la población wayuu. En el caso particular de Los dolores de una raza, Guerra menciona:

W.G: Los dolores de una raza empieza en Irotsima. Esto es una zona de Uribía que estaba entre Bahía Portete y Bahía honda, hacía el interior de la península de La Guajira. En este lugar es donde empiezan las guerras y conflictos que reflejan tanto las guerras entre wayuu, como los enfrentamientos con el arijuna (persona no wayuu). En este escenario se desenvuelve la trama a través de la cual Antonio Joaquín López realiza una especie de etnografía wayuu.

La historia contada en Los dolores trae como esencia el testimonio y la crónica. La novela está inspirada en los sucesos históricos que se dieron en la península entre los años 1920 a 1935. Sin embargo, la obra es publicada a finales de la década de los 50. ¿Cuál ha sido la transcendencia de la novela en términos de ediciones? 

W.G: Los dolores de una raza tiene varias ediciones. El festival de la cultura wayuu, cuando yo hacía parte de la junta directiva, editó la novela, hice parte de ese proceso realizado durante los años 90. Del año 2000, hay otra edición que se hizo con el apoyo de Ecopetrol. Otra edición más se publicó en la colección Nu Chon Kai en el 2015, esta fue dirigida por Edén Vizcaino. Hay varias ediciones de los dolores de una raza

La colección Nu Chon Kai se compone de 5 tomos en los que presenta textos literarios de diferentes escritores wayuu. El primer tomo está dedicado a Antonio Joaquín López y contiene un fragmento del Memorial de agravios y la novela Los dolores de una raza. Luego de leer la novela, ¿qué sería lo que usted resalte de esta obra? ¿cuál es el factor diferencial respecto a otras narrativas wayuu?

W.G: En esta novela es evidente la denuncia. Denuncia el recorte de la autonomía wayuu ante un estado que, por un lado, asume con vigor todos sus elementos de coerción para limitar la autonomía wayuu, y por otro, no asume con responsabilidad sus deberes con el bienestar de esta colectividad humana. El estado solo muestra presencia cuando establece una coerción que limita al wayuu, pero a la vez se retira al momento de poner en práctica sus deberes para garantizar los derechos de la población indígena. Esto es lo que expone Los dolores de una raza. 

Se refiere también a toda la incidencia del arijuna y del sujeto occidentalizado al intervenir en las dinámicas del wayuu pretendiendo “disciplinar” eso que reconocen como otro. La falta de comprensión hacía la cosmología y ontología que rige la vida de esta comunidad indígena.

En cuanto a las propuestas críticas que rodean la novela de López Epieyuu, se tienen aportes de gran importancia para la construcción de una teoría sobre literatura wayuu. Con relación a esto Guerra menciona:

W.G: Se tienen algunos acercamientos teóricos muy interesantes a la novela, un gran referente es Duchesne Winter con su libro Caribe, caribana: cosmografías literarias. También Gabriel Ferrer y Yolanda Rodríguez plantan una propuesta teórico-conceptual detrás del acervo literario wayuu. Miguel Rocha, por ejemplo, ha realizado diversas publicaciones sobre literatura indígena, y en ella, lo wayuu tiene un lugar de relevancia. Otros académicos interesados por el tema como Laura Lema Silva y Ana María Ferreira presentan también argumentos interesantes sobre la obra de Antonio Joaquín y la forma de abordar su narrativa. 

Cada uno de los teóricos mencionados ayudan a construir una ruta teórico-conceptual que permite leer la literatura indígena alejada de estructuras convencionales. Leer Los dolores de una raza implica reconocer las dinámicas de un pueblo que ha resistido los señalamientos de quienes los identifican como salvajes, así lo explica Guerra:

W.G:  Colombia ha venido construyendo la imagen del otro salvaje, no con los más de 70 pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes. No, Colombia está construyendo la imagen de un otro salvaje, casi exclusivamente, con los wayuu. Los wayuu contrabandistas, narcos, desnutridos y ahora último los wayuu pedófilos. Se tienen una noción del indígena como un sujeto carente de modernidad, que hay que traerlo (a lo occidental) por la fuerza. Tienen unas visiones disciplinarias que se basan en los derechos humanos, en la equidad de género, en una serie de discursos que son muy occidentales y que utilizan para “disciplinar al otro”. Cuando analizamos a Briscol (Antonio Joaquín López) o a Ramón Paz Ipuana lo hacemos para ilustrar formas narrativas, agentes inmateriales, ciertas figuras del conjunto mítico, practicas rituales, situaciones funerarias, situaciones que pasan a formar parte del canon literario wayuu, y que hoy son casi que crónicas de alto valor histórico y etnográfico para entender esta etnia. 

Weildler Guerra hizo énfasis en lo significativo de Los dolores de una raza para comprender la realidad de la comunidad wayuu. Sugirió lecturas de cronistas que visitaron la península durante el siglo pasado y documentaron la cotidianidad del indio guajiro, algunos de ellos son: Milcíades Chávez, Gustaf Bolinder, Henri Candelier, Eliceo Rekli. Con ellos se tendría un registro histórico y etnográfico fundamental para la investigación que motivó la realización de esta entrevista. El encuentro finalizó con estas lecturas recomendadas que resultan útiles para investigaciones sobre literatura wayuu. 

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